Jueves 26 de marzo de 2020

ACTUALIZACIÓN EN LA CRISIS SANITARIA




Estimadas y estimados:

Vivimos épocas complejas, llenas de angustias, desafíos y nuevas exigencias.

Nuestro compromiso como asociación médica se ve renovado en medio de la crisis global ocasionada por la pandemia de coronavirus COVID-19, y estamos haciendo todo, absolutamente todo lo que está a nuestro alcance por estar a la altura de las circunstancias.

Queremos compartir con ustedes algunas novedades, para mantenernos en comunicación estrecha en momentos críticos para nuestra comunidad.
  1. Área administrativa. APSA garantiza la continuidad administrativa, con todo su plantel trabajando desde sus propias casas.
    Tal como puede verse en nuestra página web (recomendamos visitarla con frecuencia buscando novedades), las líneas de teléfono y los correos electrónicos están plenamente vigentes, y garantizamos las respuestas en tiempo y forma en los horarios habituales.
    Nos complace informar, asimismo, que todos los integrantes del plantel de empleados y colaboradores de APSA se encuentran bien de salud, trabajando y colaborando con la situación inédita que nos toca afrontar.

  2. Área académica. El Instituto Superior de Formación de Psiquiatras de APSA ha dado comienzo a la etapa virtual, como hemos informado en comunicación anterior.
    Agradecemos al plantel docente y a los directivos del ISFP por la intensa labor en la reconversión de las tareas habituales en tareas virtuales, y dejamos este link en el que su Director, Juan Carlos Stagnaro, nos invita a la nueva experiencia e introduce la nueva modalidad: https://youtu.be/3yyM2wlr58g.

  3. Área internacional. APSA mantiene su estrecho vínculo con las asociaciones regionales hermanas y con la asociación mundial en momentos críticos.
    A pedido de la presidenta de la WPA, Helen Herrman, hemos compartido nuestros 7 ejes comunicacionales. Los mismos han sido incorporados por la WPA en su oferta de “recursos de Salud Mental” para enfrentar la crisis sanitaria global: https://www.wpanet.org/covid-19-resources.

  4. Colaboración con autoridades nacionales, de diferentes jurisdicciones, y asociaciones profesionales. APSA mantiene una estrecha comunicación con las autoridades sanitarias ligadas a la Salud Mental, tanto en el ámbito nacional como en muchas otras jurisdicciones (provinciales, metropolitanas) de nuestro extenso país. Hemos ofrecido desde el inicio toda nuestra colaboración con las autoridades, para el afrontamiento de este serio desafío para toda la comunidad en general y la comunidad sanitaria en particular. La colaboración se efectúa mediante un enlace constante con las autoridades, aportando ideas para el presente y para el futuro.
    APSA integra, desde el pasado lunes 23 de marzo de 2020, un grupo virtual de crisis y consulta permanente integrado por todos los directores de Salud Mental del país, personalidades destacadas, asociaciones profesionales e instituciones nacionales vinculadas con el cuidado de la salud y de la Salud Mental.
    APSA también se encuentra en permanente comunicación con otras asociaciones del campo de la Salud Mental para intercambiar ideas y sumar iniciativas. Como entidad federal, nuestra comunicación es permanente con las asociaciones de psiquiatría de las provincias, y con los colegas de algunas provincias de nuestro país que carecen de asociaciones locales y a las que ofrecemos interlocución permanente.

  5. Área capítulos. Numerosos capítulos han retomado sus reuniones con modalidad remota, como puede verse en la página web de la Asociación. Consideramos de enorme importancia esta decisión de los capítulos de APSA, porque sus actividades resultan vitales en la continuidad de la vida institucional.

  6. Área comunicación. Con el apoyo de nuestro equipo profesional de comunicación, APSA ha iniciado una campaña de información, reflexiones y recomendaciones en las redes sociales, dirigidas a la comunidad en general.
    La misma se basa en los ejes comunicacionales que hemos definido como esenciales para esta etapa de crisis sanitaria, y consiste en mensajes breves con una gráfica diseñada para la comunicación rápida y sin equívocos.
    Nos complace mucho informar que la misma está teniendo una importante repercusión. Recientemente, hemos comenzado a trabajar en una ampliación de esta campaña, con mensajes especialmente pensados para ayudar a los más pequeños.
    Asimismo, y también en el área de comunicación, varios profesionales de la Asociación estamos teniendo una intensa actividad en medios periodísticos, siempre llevando nuestro discurso institucional, y hablando en nombre del conjunto más que en el nombre individual de cada uno.

  7. Respondiendo a un insistente, comprensible y reiterado pedido de los asociados y asociadas de canales de participación voluntaria para colaborar en la crisis, y en colaboración con autoridades nacionales y de diferentes jurisdicciones, hemos llamado a una convocatoria de colegas para que cada uno ofrezca una discreta franja horaria semanal para la atención de eventuales consultas ocasionadas por desbordes emocionales durante la cuarentena.
    Es muy importante aclarar que esta iniciativa no reemplaza los tratamientos específicos, no implica una oferta terapéutica sostenida, no significa reemplazar a los profesionales tratantes de patologías ya diagnosticadas, y no viene a reemplazar la indelegable responsabilidad de prestación de los tres subsectores de la salud, público, semiprivado y privado. Constituye un apoyo adicional que pondremos a disposición de los directores de Salud Mental de cada jurisdicción, para ser utilizado como recurso adicional según necesidad y decisión en cada caso, previo pedido a APSA del envío del listado de voluntarios de esa localidad.

La pandemia y la crisis sanitaria traen problemas nuevos, situaciones desconocidas para las que no tenemos respuestas automáticas.

Seguimos haciendo gestiones para colaborar con la concreción de iniciativas indispensables durante el aislamiento sanitario, como la regularización de las recetas médicas a distancia. Continuaremos colaborando y aportando ideas para que este problema sea solucionado a la brevedad.

Expresamos nuestra profunda preocupación por la negativa de algunas empresas de medicina prepaga y algunas obras sociales a reconocer el trabajo a distancia de los profesionales de la Salud Mental. Se trata de una actitud no solo discriminatoria, sino que expresa una profunda ignorancia acerca de la repercusión de la crisis sanitaria en la salud mental de la población. Exigimos una rápida reconsideración de decisiones arbitrarias e inaceptables.

Recordamos también aquí que todo el personal de salud mental que atiende pacientes en los hospitales, sanatorios, clínicas y hoteles sanitarios debe estar provisto de todas las medidas de bioseguridad necesarias para garantizar su adecuada protección, del mismo modo que todo el personal de salud.

Como asociación médica preocupada por el bien común, queremos expresar que no solo estamos interesados en colaborar con el bienestar de las personas confinadas en sus hogares durante la necesaria etapa de aislamiento sanitario, sino también por la suerte de los más frágiles de nuestra sociedad, que no tienen la suerte de tener un techo bajo el cual guardar la cuarentena, ni agua potable y jabón para lavarse las manos.

La actual pandemia pone de relieve la injusta estructura de la sociedad en la que vivimos, y nos recuerda una vez más la imperiosa necesidad de discutir en qué mundo deseamos vivir.

Por último, la defensa del hospital público y de la Salud Pública como concepto político que venimos sosteniendo desde APSA, se ve reforzada una y otra vez en estos días complejos.

La superación de la actual crisis sanitaria requiere tanto de medidas de técnica epidemiológica como de actitudes y políticas que promuevan la solidaridad y la inclusión social.

Santiago A. Levín
Presidente



Lunes 23 de marzo de 2020

LA CRISIS SANITARIA Y LAS RECOMENDACIONES DEL MINISTERIO DE SALUD DE LA NACIÓN



Estimados y estimadas socios,

En tiempos de crisis sanitaria debemos consultar las fuentes oficiales y seguir las recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación y de su Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones.

Compartimos con ustedes las 5 últimas recomendaciones emanadas de dicha Dirección.

Concientes de nuestro importante rol en esta crisis sanitaria, permaneceremos comunicados en forma permanente con las autoridades, con los socios y con la comunidad.

Nuestro importante rol en esta crisis sanitaria, permaneceremos comunicados en forma permanente con las autoridades, con los socios y con la comunidad.

Comisión Directiva
APSA


MINISTERIO DE SALUD DE LA NACIÓN

DIRECCIÓN NACIONAL DE SALUD MENTAL Y ADICCIONES

Recomendaciones sobre salud Mental por la pandemia COVID-19




Sábado 21 de marzo de 2020

APSA COMUNICA A LOS SOCIOS Y SOCIAS



En respuesta a la inquietud manifestada por varios colegas, queremos informar a todos los socios y socias que nuestra Asociación se encuentra en permanente comunicación con las autoridades sanitarias y del área de Salud Mental, tanto de Nación como de las otras jurisdicciones. Hemos puesto todo lo que esté a nuestro alcance a disposición, en todos los frentes en los que nuestra participación sea necesaria.

Asimismo, hemos empezado un nuevo capítulo de comunicación con la comunidad, para acercar en forma diaria informaciones útiles y recomendaciones especiales para estos días de cuarentena.

Estamos trabajando en forma permanente en éstas y en otras iniciativas en estudio, para ofrecer toda nuestra colaboración como médicos psiquiatras en esta hora difícil que nos toca transitar como comunidad.

La comunicación permanente, el llamado a la serenidad y a la reflexión, el cuidado de los más frágiles, la responsabilidad sanitaria junto a la solidaridad con los demás, son y seguirán siendo nuestros ejes principales de comunicación.

Comisión Directiva


Sábado 21 de marzo de 2020

APSA COMUNICA A LOS SOCIOS Y SOCIAS



En respuesta a la inquietud manifestada por varios colegas, queremos informar a todos los socios y socias que nuestra Asociación se encuentra en permanente comunicación con las autoridades sanitarias y del área de Salud Mental, tanto de Nación como de las otras jurisdicciones. Hemos puesto todo lo que esté a nuestro alcance a disposición, en todos los frentes en los que nuestra participación sea necesaria.

Asimismo, hemos empezado un nuevo capítulo de comunicación con la comunidad, para acercar en forma diaria informaciones útiles y recomendaciones especiales para estos días de cuarentena.

Estamos trabajando en forma permanente en éstas y en otras iniciativas en estudio, para ofrecer toda nuestra colaboración como médicos psiquiatras en esta hora difícil que nos toca transitar como comunidad.

La comunicación permanente, el llamado a la serenidad y a la reflexión, el cuidado de los más frágiles, la responsabilidad sanitaria junto a la solidaridad con los demás, son y seguirán siendo nuestros ejes principales de comunicación.

Comisión Directiva


Miércoles, 18 de marzo de 2020

APSA Y LA CONTINUIDAD DE LAS ACTIVIDADES INSTITUCIONALES



Debido a las disposiciones preventivas emitidas por las autoridades sanitarias a raíz de la pandemia de coronavirus, APSA comunica a sus socios y socias:
    Queda suspendida la Asamblea General Ordinaria que se iba a llevar a cabo el próximo sábado 28 de marzo. Las recomendaciones sobre cuarentena estricta para personas de más de 60 años, así como las personas de riesgo, y las directivas de evitar la realización de actos multitudinarios, sumados a la natural reticencia de las personas a participar de este tipo de reuniones en estas especiales circunstancias, hacen que se tome esta decisión. Ello hubiera derivado en un muy bajo nivel de asistencia de socios, no siendo lo deseable ni conveniente para el tratamiento, entre otros temas importantes, de la aprobación de la Memoria y Balance del año 2019. Esperamos que superado este momento de emergencia sanitaria podamos comunicar a la brevedad, la nueva y definitiva fecha de la Asamblea de Socios. Ya se ha comunicado también la postergación de nuestro congreso anual, por las mismas causas, tradicionalmente celebrado en el mes de abril, para fin de septiembre y primeros días de octubre de este año. En cuanto al funcionamiento de la sede administrativa de APSA, como las numerosas actividades académicas del Instituto Superior, se ha dispuesto su urgente virtualización a fines de ofrecer la necesaria continuidad de los servicios, reconfigurando reuniones y actividades presenciales a través de medios técnicos audiovisuales. Lo mismo vale para el funcionamiento de los capítulos de subespecialidades. Las líneas de atención telefónica continuarán siendo atendidas en el habitual horario de lunes a viernes de 10 a 18. Las consultas por correo electrónico continuarán siendo respondidas, como siempre, por nuestro personal.
La palabra clave es CONTINUIDAD. A los efectos de garantizar la continuidad, ofrecemos el apoyo técnico que sea requerido para el adecuado funcionamiento de los capítulos, de los cursos y de las especializaciones.
Esperando poder superar rápida y exitosamente la emergencia, ofrecemos todas nuestras direcciones y teléfonos para responder todas aquellas consultas que surjan, en un acompañamiento activo y cercano de nuestros socios, docentes, estudiantes y personal en este inesperado momento de incertidumbre.

Comisión Directiva


15 de Marzo de 2020, Ciudad Autónoma de Buenos Aires

APSA Y LA EMERGENCIA SANITARIA



Queridos socios y queridas socias de APSA:

Como es de público conocimiento, atravesamos una etapa inédita a escala global que repercute en nuestra vida diaria. Minuto a minuto recibimos noticias sanitarias, económicas y políticas de todos los rincones del planeta.

En la Argentina se están tomando medidas transitorias que cambian el escenario en el que desempeñamos nuestra tarea y nuestra vida diaria, y nuestra Asociación debe adaptarse y estar a la altura de los acontecimientos.

Como hemos comunicado esta semana, nuestro congreso anual de Mar del Plata quedó postergado para el segundo semestre, en la única fecha que pudimos conseguir en la misma ciudad y sede. Se trata de uno de los eventos más importantes en nuestra vida institucional, y estamos haciendo todo lo posible por sostenerlo. No se trató de una decisión fácil: teníamos un congreso ya organizado, con invitados nacionales e internacionales de gran relevancia, con cientos de actividades científicas, para reunirnos todos y todas a pensar sobre… ¡Salud Pública! Y es por una inesperada crisis de Salud Pública que debemos postergarlo.

Del mismo modo, toda la actividad de nuestra Asociación está en proceso de modificación transitoria. La cursada del Instituto se mantendrá, con clases virtuales. En cuarenta y ocho horas, el equipo del Instituto ha reconvertido toda la cursada presencial a virtual. Lo mismo la actividad de todos los capítulos y grupos de trabajo, a quienes invitamos a no dejar de comunicarse en forma virtual y organizar del mismo modo sus actividades.

Continuidad es la palabra clave. Cumpliremos todas las medidas de cuidado emanadas de la autoridad sanitaria nacional, pero nuestra actividad debe continuar por medios alternativos. No solo por la Asociación en sí y por sus socios y socias, sino por la comunidad a la que debemos servir y acompañar en horas difíciles.

Debido a la exigencia de la hora que nos toca, hemos decidido que APSA aparezca en medios de comunicación a propósito de la crisis sanitaria. Los ejes principales que venimos sosteniendo en nuestra estrategia comunicacional, y que invitamos a todos y todas a amplificar, son los siguientes:

- La principal fuente de información a la que debemos recurrir es la autoridad sanitaria nacional, es decir, el Ministerio de Salud de la Nación. Tenemos que ayudar a la comunidad a distinguir la información certera de la enorme cantidad de rumores y falsedades que se propalan minuto a minuto.

- Hay dos aspectos principales en el manejo sanitario de la crisis. Uno, el de técnica sanitaria y epidemiológica; otro, el comunicacional. En este segundo aspecto, el rol de los y las psiquiatras es fundamental para la calibración de un mensaje que genere conciencia y no miedo generalizado. La elección de las palabras y de las metáforas es, desde todo punto de vista, una de las tareas más delicadas en este momento.

- Es urgente recuperar la capacidad de pensar, esto es, de hacer un análisis crítico de la información recibida. Para ello se requiere de un insumo indispensable: la serenidad. Serenidad para pensar, responsabilidad para cuidarnos.

- El objetivo de las medidas restrictivas es aislar el virus, no la subjetividad de la población. Son horas de elegir palabras adecuadas, metáforas nuevas que nos ayuden a poner en valor a la solidaridad, herramienta fundamental en estos tiempos. Las medidas de cuidado son para cuidarnos a todos y todas, no para marginar, expulsar o discriminar.

- Ayudar a la población a comprender la dimensión temporal de la crisis. No es el fin del mundo sino una situación crítica que tiene un comienzo y tendrá un fin, y que requiere de la participación de todos y de todas desde una actitud general de servicio y amor por la alteridad.

- Como médicos y médicas, es nuestra obligación que nuestras intervenciones públicas, más necesarias que nunca, permitan aclarar conceptos sanitarios básicos que pueden ser mal comprendidos o comunicados. Asimismo, tenemos la obligación de recordar a la opinión pública que el coronavirus es solo uno de los problemas sanitarios que nos preocupan. No es el único, ni el más preocupante. Solo el más urgente, dada la coyuntura.

- Es fundamental que ayudemos a comprender que mientras dure la crisis no hay que sobrecargar las guardias. Cada intervención pública debe recordar los teléfonos previstos para un primer triage.

Son horas de cuidar, y de cuidarnos.
Cuidar a la comunidad, y cuidarnos entre nosotrxs.
A nuestro personal.
A nuestro plantel docente.
A nuestros socios y socias.
A todos los colegas del campo de la salud, médicxs y enfermerxs, psicólogxs y trabajadorxs sociales, que están poniendo todo de sí en la atención de la población en estas horas decisivas.

Estar comunicados es fundamental. La vía virtual será protagonista por varias semanas. Usémosla con responsabilidad y creatividad.
Sembremos solidaridad, único camino para superar una crisis de esta magnitud.
Y tengámonos confianza: los y las psiquiatras sabemos cuidar, y nuestra palabra es importante en la coyuntura actual.

Santiago Levín
Presidente
APSA

Lunes, 17 de febrero de 2020

APSA y la lucha de los residentes y concurrentes de la CABA


La Comisión Directiva de la Asociación de Psiquiatras de Argentina (APSA) hace llegar su apoyo a la lucha de residentes y concurrentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Como Asociación profesional, seguimos con expectativa la resolución de este conflicto dada la evidente necesidad de contar con un régimen que regule las condiciones de trabajo de las y los profesionales en formación basado en el respeto de sus derechos laborales como así también en la excelencia de su capacitación práctica y teórica.

Las y los residentes y concurrentes son actores fundamentales en el sistema de Salud y, como tales, cuentan con el apoyo de nuestra Asociación en el marco de nuestro compromiso y defensa de la Salud Publica.

Comisión Directiva APSA

Buenos Aires, 16 de enero de 2020.

¿De qué no hablamos cuando hablamos de TEC?
Una reflexión política desde una asociación de psiquiatras



En el último par de días de esta mitad de enero del año 2020, hemos visto aparecer en los medios gráficos y electrónicos un par de expresiones tan furiosas e infundadas como fuera de contexto en contra de la terapia electroconvulsiva (TEC).

¿Han sucedido casos clínicos resonantes, pronunciamientos de las autoridades sanitarias? No.

¿Se ha suscitado una polémica actual en relación a la TEC en nuestro medio? No.

Esto último lleva a pensar que, en verdad, estamos no hablando de otra cosa.

Es cierto que “asunto TEC” produce polémica a nivel mundial, y esto desde hace décadas. No es un asunto nuevo. Lo mismo que otros grandes temas generadores de grieta, tiende a perdurar sin resolución a pesar de los argumentos esgrimidos por unos y por otros. Es que no se trata de un asunto solo científico, sino fundamentalmente de un problema cultural.

¿Qué decimos los psiquiatras? Que la TEC es un tratamiento válido, eficaz, que se utiliza solo en algunas escasas situaciones clínicas muy seleccionadas bajo estrictas condiciones técnicas que minimizan los efectos adversos. No tiene sentido llenar estas líneas con citas bibliográficas ni con testimonios de personas, o sus familiares, relatando recuperaciones desde estados considerados terminales.

No tiene sentido, porque no nos están hablando de TEC. Estos embates, camuflados de críticas a la TEC, obedecen a otros objetivos políticos en un contexto delicado y preocupante de la realidad sanitaria de nuestro país.

No deberíamos estar hablando de TEC.

¿De qué deberíamos estar hablando?

Del riesgo de cierre de hospitales, del sufrimiento de pacientes internados por tiempo prolongado, del abandono de las personas más vulnerables, de la insuficiencia de cuidados por escaso personal, de la ausencia de construcción de una red comunitaria de atención de la Salud Mental, de la escasez general de presupuesto y de políticas específicas… Todo ello queda enmascarado si la opinión pública se intoxica una vez más con la distorsionada imagen del psiquiatra electrochocador.

Deberíamos estar hablando de que el país sanitario está en llamas. El brote de sarampión en varios distritos de la provincia más populosa de nuestro país es solo el ejemplo más agudo y dramático.

Hay hambre, desnutrición, desempleo.

En este momento de la realidad política, social y sanitaria, las asociaciones de profesionales de la salud deberíamos estar concentradas no en la resucitación de viejas rencillas —que invariablemente generan grieta— sino en la promoción de un espacio de diálogo sin exclusiones: Estado, usuarios, profesionales y familiares. Nuestro norte no debe ser el beneplácito corporativo sino el bienestar de toda la población.

Y en este contexto, en el del derecho a la salud, también están incluidos los escasos (pero no por ello menos importantes) pacientes que eventualmente pudieran llegar a requerir de un tratamiento con TEC en algún momento de la evolución de sus cuadros psiquiátricos. En una palabra, deberíamos estar hablando de Salud Pública.

Vivimos horas decisivas. Los psiquiatras nucleados en APSA estamos persuadidos de la urgente necesidad de dialogar, de abrir puertas. Y esto no se logra desde la provocación, desde la estrategia política del golpe y el contragolpe, sino desde una propuesta respetuosa, inclusiva y abierta que no incendie el terreno común y que promueva el intercambio desde el respeto por las diferencias y las especificidades de cada uno de los sectores participantes.

Comisión Directiva
APSA

Martes, 17 de diciembre de 2019

SOBRE CIERRES Y APERTURAS.



Queridos y queridas socias de APSA, aprovechamos el cierre del año 2019 y el inminente inicio del 2020 para enviar a todos un fuerte abrazo de parte de esta Comisión Directiva, que cumplió hace una semana ocho meses de gestión.

Una vez más, declaramos nuestro compromiso en la lucha contra las lógicas manicomiales, contra el estigma que pesa sobre las personas con trastornos mentales y contra la inaceptable inequidad en el sistema de salud, inequidad que afecta no solo a los usuarios —que quedan, en gran medida, fuera de la limitada cobertura— sino también a los profesionales —con sueldos pauperizados y condiciones precarias de trabajo—.

Como ya hemos dicho con claridad, nos oponemos al cierre de hospitales. No es ese el modo de superar la lógica manicomial. El hospital especializado es indispensable, y nuestro debilitado sistema de Salud Pública no admite más cierres. Requiere aperturas. Apertura a los nuevos paradigmas, apertura de puertas, apertura al intercambio. Apertura del hospital general al paciente con trastornos mentales. Apertura de una extensa red comunitaria para la prevención y la atención inicial en Salud Mental.

En lo que respecta a nuestra querida asociación, APSA, continuaremos trabajando para su crecimiento, profundizando su carácter federal y transitando sin descanso el interminable camino del perfeccionamiento democrático.

Deseamos un 2020 en el que el diálogo franco sea la fórmula para acercar posiciones entre los diferentes actores del campo de la Salud Mental, superando diferencias y desencuentros, y posibilitando la construcción conjunta de un sistema justo y solidario de atención de la Salud Mental de la población, sin dejar a nadie afuera.

Se cierra un año, se abre otro.

Se cierran desencuentros y malos entendidos, se abren nuevos canales de diálogo.

En el 2020, vamos por las aperturas!

Santiago A. Levín
Presidente

Discurso del Presidente de APSA, Dr. Santiago Levín, en la Ceremonia de Apertura del Congreso Mundial de la World Federation for Mental Health (WFMH).

Panel compuesto por profesionales de distintas partes del mundo y distintas profesiones.

Breve y contundente intervención que llevó la palabra de APSA a ese encuentro.

Comisión Directiva



Lunes, 25 de noviembre de 2019

A propósito de la Resolución 3250/2019 de la Secretaría de Salud de la Nación


El documento de la DNSMyA ha sido publicado en el día de la fecha en el Boletín Oficial, y lleva por título “Recomendaciones para la adecuación hasta la sustitución definitiva de las instituciones con internación monovalente hacia redes integradas de Salud Mental con base comunitaria”. Dos sorpresas iniciales: una, su absoluto divorcio con la realidad sanitaria del país; dos, lleva la firma de un Secretario de Salud (ex Ministro) ya renunciado, y la de un director que abandonará su cargo en exactamente dos semanas, cuando sea relevado por los funcionarios de la nueva administración surgida de la reciente elección nacional.

La DNSMyA parece operar en otra galaxia. Soslaya por completo la falta de inversión en Salud y en Salud Mental por parte de la actual administración nacional. El achique presupuestario en todas las áreas de salud, el despido de 1500 trabajadores del Hospital Posadas, el consentimiento con la degradación del Ministerio de Salud en Secretaría, la disminución del número de camas hospitalarias, de programas de alcance nacional, de pensiones por discapacidad… nada de esto existe para los funcionarios salientes. En este contexto, el cierre de hospitales —lo hemos dicho una y mil veces— constituiría un paso más en el desmantelamiento del sistema de salud, especialmente del que atiende a la porción más desfavorecida de la población. En este marco general, el escrito mencionado es un ejercicio de disociación que en nada contribuye al entendimiento y la construcción colectiva.

Cada día que pasa, advertimos el cambio de opinión de profesionales que afirmaban estar de acuerdo con el cierre de hospitales de especialidad. Sin estridencias, se comienza a vislumbrar que la idea del cierre estaba equivocada. Que los hospitales no se deben cerrar sino transformar. Que el enemigo es la lógica manicomial y no el hospital especializado o el médico psiquiatra. Y que detrás de este discurso pretendidamente progresista se esconde uno de los mayores ataques a la Salud Pública de que se tenga memoria.

El hospital de especialidad es necesario en un sistema justo y solidario de atención de la Salud Mental, como también lo es el hospital general, y la red de base comunitaria. No necesitamos importar modelos pensados para otras realidades y otras idiosincrasias. Necesitamos funcionarios y profesionales comprometidos con la realidad de nuestro país, dispuestos a dialogar en serio con todos los sectores involucrados y a trabajar por el bien común, conocedores de la rica historia de nuestra Salud Mental.

Ya hemos dicho que no hay salud sin Salud Mental, ni Salud Mental sin Psiquiatría. Y que lo anterior no es posible sin una verdadera democracia sanitaria, es decir, apoyada en el modelo de la Salud Pública.

También lo hemos dicho, pero lo repetimos: es urgente iniciar un sincero diálogo en el campo de la Salud Mental. Un diálogo honesto, lejos de los reduccionismos y los egoísmos sectoriales, que nos coloque a la altura de los tiempos que corren y nos habilite la indispensable tarea colectiva de pensar en la salud de todos y de todas. Para dejar de hablar de cierres y hablar de aperturas. Para unir nuestras fuerzas de modo fraterno y solidario en la construcción de todo aquello que aún no existe y es indispensable en la atención de la Salud Mental de nuestra población.

Comisión Directiva


APSA: BALANCE AL CUMPLIRSE LOS SEIS MESES DE GESTIÓN

Buenos Aires, 4 de octubre de 2019.

Estamos a principios del mes de octubre de 2019, fecha en la que esta gestión de la Asociación de Psiquiatras Argentinos cumple seis meses, es decir, una cuarta parte del mandato previsto por nuestro estatuto societario.

Han sido seis meses de intenso trabajo, que nos requieren compartir una reflexión a modo de balance. Sabíamos de antemano que nos tocarían épocas agitadas, marcadas por los plazos conocidos por todos y todas, y también por la polémica y las posturas encendidas desde diferentes sectores, a veces más y a veces menos compatibles entre sí.

Es difícil comprender el contexto general, histórico y político de nuestra Salud Mental. Pero no menos difícil es comprender los matices propios de nuestro campo común. Esta dificultad viene dada por dos o tres variables independientes, que admiten todas las combinaciones posibles: la buena o mala fe, el sostenimiento de ideas sobrevaloradas que se asemejan a la adoración, y la existencia de negocios personales (los llamados kioscos) que pueden ser económicos, de simple notoriedad o tener pretensiones políticas. Podríamos agregar una cuarta variable: la posibilidad o imposibilidad, determinada desde lo profundo de un sistema de ideas, de pensar para el conjunto, para el bien común.

No nos extenderemos en esta oportunidad sobre la Ley Nacional de Salud Mental. Es una ley votada por unanimidad por ambas cámaras legislativas, y promulgada y reglamentada por el Poder Ejecutivo Nacional. Es una ley nacional, y punto. Las leyes se cumplen. Los psiquiatras perdimos allí protagonismo, no supimos estar a la altura de los tiempos, no nos supimos hacer escuchar. Faltaron interlocutores entre quienes la impulsaron, y eso se advierte claramente en el texto de la ley. Sus aspectos innecesariamente antipsiquiátricos, su redacción alejada de la clínica, su falta de consideración de las situaciones de urgencia en la que los médicos psiquiatras somos convocados en primer lugar ya han sido debidamente señalados. Estas debilidades se suman al flagrante incumplimiento del aspecto presupuestario, que convierte a la Ley 26657, en gran medida, en un texto que no logra afectar la realidad, como toda ley que no se implementa.

Será cuestión del futuro pensar qué podemos aportar los psiquiatras en una eventual reconsideración de los aspectos mal (o poco) definidos diez años atrás.

Pero la LNSM también admite ser analizada como síntoma y como productora de dicotomías engañosas al interior del campo de la Salud Mental. Un sector cuantitativamente minoritario más dotado de cierto saber para activar los mecanismos burocráticos del Estado se impuso por sobre el resto. Se trata de un sector que sostiene una rígida y excluyente idea que guía sus postulados y sus acciones: el origen de todos los males es el hospital psiquiátrico, y por lo tanto los problemas se arreglan cerrándolo. Todo lo demás pasa a segundo plano, se pospone, vendrá después. Con peregrinaciones al norte de Italia, este sector toma al psiquiatra como enemigo y llama a “militar” (sic) la ley. El apoyo y financiación de esta postura desde organismos internacionales merece un análisis por separado que no se hará en esta oportunidad pero que dejamos apuntado en el margen. Ha sido tan mencionada la injerencia de la industria farmacéutica como influencia en la tarea médica por su poderío económico que ya es hora de mencionar también en qué moneda son remunerados los funcionarios de los organismos internacionales que “militan” estas causas.

El sector opuesto, el de los psiquiatras supremacistas, es absolutamente complementario al anterior. Este grupo, también minoritario, hace negocio político —y, a veces, también económico— atacando a los psicólogos y postulando que solo el médico psiquiatra puede liderar equipos de Salud Mental. Anclado en el pasado, ciego a los cambios históricos, temeroso de perderlo todo, este grupo de colegas crispados llama al enfrentamiento constante y utiliza la estrategia de meter miedo.
Cuidado con esto, cuidado con aquello, de allá vienen los malos.

Ambas posiciones se inter-definen. Se necesitan. No existe la una sin la otra. Y han logrado mucho: han logrado acaparar la atención general, y han logrado que todos nos sintamos obligados a definirnos por unos o por otros.

Pero la opción es falsa, está basada en premisas falsas. Las falsas opciones deben ser impugnadas. Hay que señalar la trampa intrínseca a las reglas de ese juego y proponer otras. De un laberinto, decía Marechal, se sale mejor por arriba. Es así que afirmamos categóricamente que no es necesario convertirse en retrógrado para defender a la Psiquiatría, ni en antipsiquiatra para defender los derechos humanos de las personas con discapacidad mental.

Defendemos la Psiquiatría del siglo XXI, apostando a ser contemporáneos de nosotros mismos, como recomendaba Ortega y Gasset. Y defendemos los derechos humanos desde siempre, desde el inicio mismo de nuestra formación como médicos psiquiatras conmovidos por el sufrimiento humano, y dedicados a resolver los problemas de salud de las personas a las que asistimos. No somos los psiquiatras quienes nos formamos para debilitar derechos fundamentales, sino todo lo contrario.

Si hay personas viviendo en hospitales monovalentes por años, ello no responde en ningún modo a una indicación médica, ni al deseo de ningún psiquiatra, ni a un modo de funcionamiento del hospital de especialidad. Ocurre por abandono del Estado, por políticas en salud que en su negatividad así lo disponen cuando no crean alternativas, y por un retraso cultural fenomenal de toda una sociedad en la comprensión del fenómeno mental y de la cualidad de sujetos, de ciudadanos y ciudadanas, de las personas con enfermedades mentales. Aprovechar las situaciones de abandono, de trato miserable, de marginación, para atacar a la Psiquiatría en su conjunto constituye una canallada que solo puede obedecer a intereses particulares y ajenos al interés genuino en la vida de quienes sufren, como señalábamos más arriba.

Hay otra falsa opción: o monovalentes o atención de base comunitaria. Volvemos a impugnar esta falsa disyunción y decimos: sí a ambas. Sí al hospital especializado, sí a la red de base comunitaria, y sí a la atención de Salud Mental y Psiquiatría, con internación, en el hospital polivalente.

Desconocer la importancia del dispositivo especializado de internación —verdadera terapia intensiva en Psiquiatría— es desconocer la real dimensión de la urgencia y de las situaciones de mayor gravedad. Y es desconocer también que estos pacientes son rechazados en los demás espacios del sistema sin ser admitidos ni en los dispositivos ambulatorios ni en los hospitales generales, que carecen de las condiciones mínimas de personal, de seguridad y de capacitación para recibirlos.
Mientras unos repiten como mantra un discurso fotocopiado de otras latitudes, centenares de psiquiatras argentinos se desesperan por encontrar una cama de internación para resolver una situación de urgencia que no admite demora. Mientras algunos funcionarios nacionales se apresuran a publicar resoluciones y guías en el Boletín Oficial —con una narrativa entre ficcional y antipsiquiátrica—, en noviembre de 2018, mil pacientes de Psiquiatría del Hospital Posadas (Haedo, provincia de Buenos Aires) se quedaron sin tratamiento y sin medicación, por el despido de la mitad de los psiquiatras del servicio. ¿Dónde están hoy, casi un año después, esas mil personas, esas mil familias? ¿No es lógica manicomial ese abandono? ¿Qué ha sido de sus evoluciones, de sus lazos, de sus trabajos? ¿Cuántos permanecerán hoy con vida? Con este desgarrador ejemplo queda claro que la pretendida “desmanicomialización” esconde, no pocas veces, el simple desmantelamiento de la Salud Pública.

La adoración de la experiencia de Trieste, despojada de su contexto histórico y político, tiene también otras consecuencias. Arroja al olvido una rica historia nacional, anterior al golpe militar de 1976, que da cuenta de la existencia de hospitales abiertos a la comunidad, de la creación de los primeros hospitales de día del continente, de los tratamientos grupales gratuitos y sistemáticos, de los grupos para el tratamiento del alcoholismo en el hospital público, de los trabajos de prevención en las salas de espera, de la internación conjunta de los niños con sus madres o sus padres, introducida por Florencio Escardó, de la experiencia del Lanús, con Mauricio Goldenberg a la cabeza… y un larguísimo etcétera que nos coloca, históricamente, muy alejados de la imagen de encerradores empedernidos, o de medicadores punitivistas. Quienes atacan a los psiquiatras como colectivo saben que la mayoría de esa historia fue escrita por psiquiatras. Quienes azuzan el miedo y las posiciones paranoides desde el campo propio saben también que en su accionar reniegan de esa historia. Bien sabemos a dónde conduce la desmemoria.

¿Quedan aún dispositivos manicomiales en nuestro país, en ámbitos públicos o privados? Pues deberían ser desactivados y reconvertidos inmediatamente. Y la dirección del reclamo no es hacia los psiquiatras sino hacia el Estado como representante del interés común. Ha llegado a nuestro conocimiento —la fuente solicitó fuertemente mantener el anonimato— que varios pacientes dados de alta este año de un importante hospital especializado regresan al día siguiente… ¡a almorzar! Se las ingenian para sortear los obstáculos al ingreso (muros, personal de seguridad) y entran al hospital monovalente a conseguir lo que no se consigue afuera: un plato de comida caliente. ¿Dónde está —nos preguntamos— el manicomio en ese caso, afuera o adentro?

No va a existir jamás un sistema justo y democrático de atención de la Salud Mental en un contexto social y político que no sea, en sí mismo, justo y democrático. Por ese motivo creemos que solo en el marco del ideal de la Salud Pública es posible pensar en un sistema que tome en cuenta todas las necesidades a cubrir: desde la prevención y la educación para la salud, hasta la atención de los cuadros más severos en los peores momentos de su evolución.

Continuaremos reclamando una política de salud que incluya a la Salud Mental, enmarcada en un programa de Salud Pública. Continuaremos trabajando para reclamar condiciones dignas para todos los trabajadores de la salud de nuestro país. Continuaremos abogando por una mejora en la formación del personal de salud, en la que la Psiquiatría y la Salud Mental tengan el peso específico que corresponde a una epidemiología cada día más preocupante.

Continuaremos, también, alejados de todo discurso fanático, acercando posiciones entre profesiones del campo de la Salud Mental, con la condición de que se dialogue sin ataques y sin posicionamientos antipsiquiátricos. Continuaremos rechazando documentos oficiales en los que el psiquiatra es reemplazado por cualquier otro médico de cualquier otra formación, como si la formación del psiquiatra no fuera específica ni esencial, en un claro ataque a la especialidad disfrazado de falso pragmatismo sanitario.

Muchos jóvenes psiquiatras han caído en la falsa opción entre el psiquiatra retrógrado, crispado y a la defensiva, y la postura antipsiquiátrica parapetada detrás de la defensa de los derechos humanos. La falta de una postura clara, abierta y protagónica en los últimos años, rechazando de plano esta falsa opción, completa la encerrona en la que estos jóvenes colegas se encuentran hoy por hoy. Ya se ha dicho muchas veces: falta una generación en nuestro país. En este caso, una generación de psiquiatras.

Es tarea de los psiquiatras que hoy pertenecemos a la generación intermedia intentar cubrir esa falta y unir a una generación anterior con la que nos sigue a nosotros. A la anterior le pedimos que nos transmita aquella experiencia tronchada por la dictadura, una experiencia rica en interdisciplina, trabajo comunitario, producción teórica y práctica clínica, investigación, compromiso. A la generación que sigue le decimos que la Psiquiatría es una especialidad apasionante, honesta y comprometida, donde las ciencias naturales se dan la mano con las humanas. Les decimos también que se puede estar en contra de la lógica manicomial y estar a favor del hospital de especialidad; que se puede defender el hospital especializado y también un enfoque comunitario amplio y universal de atención de la salud; que se puede defender a la Psiquiatría de los ataques malintencionados sin convertirnos nosotros mismos en atacantes de otras profesiones y de otras especialidades médicas imprescindibles para la atención integral de la salud.

Es hora de salir de las falsas opciones.

Es hora de abrir el diálogo.

Es hora de hablar de Salud Pública.

Santiago Levín
Presidente
APSA



PRIMER ENCUENTRO DE APSA CON ASOCIACIONES MÉDICAS

El pasado viernes 18 de octubre recibimos en APSA (a varias asociaciones médicas, concretando un viejo anhelo. De un listado inicial más extenso, varias asociaciones se excusaron por no poder estar en esta oportunidad (congresos, compromisos previos) y mostraron interés en un nuevo encuentro.

Estuvieron presentes, junto a socios de APSA, representantes de la Asociación Argentina de Cirugía (AAC), la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), la Academia de Dermatología y Psiquiatría Argentina (ADEPSI), la Sociedad Argentina de Oftalmología (SAO), la Asociación Médica Argentina (AMA), la Sociedad Argentina de Radiología (SAR), la Asociacón Argentina de Psiquiatría Infanto Juvenil (AAPI), y la Asociación de Medicina del Sueño(AAMS).



La presentación fue breve y abierta: la idea es dar pasos que nos vuelvan a juntar a los médicos y médicas de diferentes especialidades, con el objeto de colaborar juntos en la búsqueda de un sistema sanitario más justo, solidario y universal.

Fue sorprendentemente alta la coincidencia entre todos los presentes en relación a la preocupación por el estado de cosas en nuestro sistema de salud, en los tres subsectores (público, semiprivado y privado). También fueron comunes las inquietudes generales: por las condiciones de trabajo, la formación de los colegas jóvenes, el estado de los hospitales, la fragmentación del sujeto humano que produce la hiper especialización de los médicos, la pérdida de la tradición de enseñanza de los grandes maestros de la medicina, la necesidad de acercarnos desde las diferentes especialidades, y un largo etcétera.

También hubo coincidencia en la sensación de alivio, de compañía, por sentirnos rodeados de colegas provenientes de los más diversos rincones de nuestro quehacer clínico. Promover una buena comunicación entre las distintas especialidades no solo es trascendente en la tarea clínica, sino también como camino para remediar, aunque sea de un modo incompleto, la mencionada fragmentación. Si a la fragmentación conceptual del sujeto humano le agregamos la incomunicación entre nosotros, el resultado es mucho más preocupante.

Las propuestas y las ideas fueron muchas. Desde colaborar entre todos en las comunicaciones sobre temas de salud, con el objeto de aumentar la potencia del mensaje, hasta la participación de asociaciones afines en los congresos de especialidad.

Pronto tendremos fecha de la segunda reunión.

Comisión Directiva
APSA

LNSM, A DIEZ AÑOS DE SU SANCIÓN.
UN BALANCE DESDE LA PSIQUIATRÍA


Santiago A. Levín
(Distrito IV, Colegio de Médicos PBA, septiembre de 2019)

Gracias, en nombre de APSA (Asociación de Psiquiatras Argentinos) por invitarme a estas Jornadas, que han sido llamadas “Psiquiatría del siglo XXI, nuevos desafíos”.

Hemos expresado en un documento reciente nuestra preocupación al advertir que nuestra especialidad, quinta especialidad básica de la Medicina, viene recibiendo desde hace largo tiempo ataques provenientes de diferentes sectores. La Psiquiatría de inicios del siglo XXI pareciera hallarse bajo un permanente escrutinio, no pocas veces conducido por la mala fe. La Ley 26657, sancionada en 2010 y reglamentada en 2013, ha sido utilizada para profundizar esta situación. Mal consensuada, con una letra final que dejó de lado la complejidad de las cuestiones de salud puestas en juego, esta ley no ha dejado de producir síntomas en el campo de la Salud Mental. Menciono algunos: la constante discusión sobre algunos de sus aspectos, el desconocimiento de situaciones graves que quedan fuera de consideración y la ausencia de financiación que al menos hubiese permitido plasmar sus aspectos positivos. Es una ley sin financiación. Es una ley sin clínica. Tiene pasajes directamente antipsiquiátricos, como el famoso artículo 12.

Y a pesar de todo esto, es una ley nacional.

Es necesario, entonces, reconocer que los psiquiatras hemos sido poco eficaces a la hora de comunicar nuestros puntos de vista y nuestras opiniones técnicas en estos últimos años. Por motivos que habrá que discutir, no supimos hacernos escuchar. Hemos reaccionado de modo desordenado, inorgánico, y en ocasiones con una innecesaria inquina hacia nuestros compañeros de otras profesiones del campo de la Salud Mental, con quienes compartimos la tarea diaria en los hospitales, las obras sociales y los institutos privados y nuestros consultorios.

Existe un nuevo sector empoderado por la LNSM: el de los saludmentalistas fanáticos, que creen que cerrando hospitales y pulverizando ladrillos se avanza vaya a saber en qué tipo de proyecto. Un sector, repito, pequeño, pero muy eficiente, que se ha dedicado a atacar a la Psiquiatría y a los psiquiatras con argumentos disfrazados de derechos humanos. Ellos vendrían a ser los héroes de una novela épica, defensores de los derechos de los discapacitados; nosotros, los psiquiatras, los malvados que buscan el encierro y el abandono del paciente psiquiátrico. Hemos dedicado tiempo a caracterizar a este sector, minoritario pero muy poderoso si se lo juzga por sus efectos políticos.

Pero hemos dedicado poco tiempo a reflexionar sobre nosotros mismos.

También existe, y hay que decirlo, un sector minoritario dentro de los psiquiatras que exhibe un fundamentalismo no menor al recién mencionado, pero de signo opuesto. Un pequeño grupo que sostiene ideas del siglo XIX, que no desea el dialogo sino el ataque, y que no pareciera pensar en el paciente ni en los colegas sino en la salvaguarda de discutibles glorias pasadas.

Esa postura recién descrita no representa, afortunadamente, a la gran mayoría de los psiquiatras contemporáneos. En estos años, los psiquiatras argentinos fuimos comprendiendo algunas cosas. Fuimos comprendiendo, ante todo, que el camino del enfrentamiento y de la inflexibilidad no conduce más que al empobrecimiento de todos los sectores participantes. Volvimos a tener dolorosamente presente que el desconocimiento de parte de la compleja realidad de nuestro campo de intervención empobrece la discusión y las propuestas.

Comprendimos también que la falta de consenso, la lucha de egos, los reduccionismos de cualquier especie, nos alejan cada día más de la construcción de una alternativa justa y democrática enmarcada en el ideal de la Salud Pública.

Estamos convencidos de que el territorio de encuentro, para hablar de Psiquiatría y Salud Mental, debe ser el de la Salud Pública. Y desde ese lugar, es decir, desde la concepción de que la salud es un derecho y que debe estar garantizado para todos los habitantes del país, es que decimos:

  1. Los hospitales no se cierran. Se transforman. Se financian. Se incluyen en un Plan nacional de salud. Se potencian en la acción conjunta de una red comunitaria de atención de la salud integral que incluye la Salud Mental. El hospital monovalente, especializado en Psiquiatría y Salud Mental, es indispensable en un sistema serio, justo y universal de atención.
  2. Proponemos el diálogo entre sectores, pero también exigimos el fin de los ataques contra nuestra especialidad. Sin Psiquiatría no hay atención posible en Salud Mental. El ejercicio de la Psiquiatría no implica ninguna violación de los DDHH; por el contrario, su presencia es indispensable para garantizar dichos derechos.
  3. La defensa del hospital especializado no implica el rechazo del enfoque de base comunitaria; por el contrario, consideramos que son elementos complementarios en un esquema integral, como lo es también la atención en el hospital general. No ganaremos restando sino sumando, dentro de una concepción integradora que otorgue a cada instancia el lugar que corresponda dentro de la red sanitaria.
  4. La formación, por un lado, y las condiciones laborales, por el otro, de nuestros psiquiatras, deben estar en el foco mismo de nuestra atención y de nuestro trabajo como instituciones de salud. No podemos mandar a los colegas jóvenes a trabajar en una realidad cambiante y compleja para la que no los hemos preparado como corresponde; tampoco podemos pedir a las nuevas camadas de especialistas que acepten condiciones de trabajo indignas, que le impiden armar una vida productiva y provechosa no ya como profesionales de la salud, sino como personas de este mundo.
  5. Finalmente, también decimos que no avanzaremos un solo paso en la dirección deseada para todos sin un Ministerio de Salud de la Nación, ni sin un plan de salud diseñado desde la concepción de la Salud Pública, plan que posea fuerte apoyo político y un financiamiento acorde.
Los psiquiatras tenemos que dejar de lamentarnos a los cuatro vientos por el momento histórico que nos ha tocado vivir. Es necesario dejar la queja y pasar a la propuesta.

Los psiquiatras tenemos que volver a hablar de salud.

Muchas gracias.

UN CENSO MAL HECHO, UNOS RESULTADOS INACEPTABLES

Buenos Aires, 6 de agosto de 2019

En días recientes se dio a conocer el resultado de un muy anunciado "censo de personas internadas por motivos de salud mental", realizado por la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación (ex Ministerio de Salud) y la Organización Panamericana de la Salud entre los años 2018 y 2019.

Esta Asociación desea expresar su más enérgica protesta frente a lo que considera un lamentable acto de manipulación de la opinión pública. La imposibilidad de conocer minuciosamente la metodología empleada, la modalidad de presentación de los que se mencionan como "resultados preliminares" o "principales resultados", y el tono empleado en la presentación por parte de los funcionarios públicos tornan inaceptables los datos publicados.

Los cuestionables datos obtenidos fueron presentados de un modo que distorsiona la realidad y genera temor entre los usuarios del sistema de salud.

Solo a modo de ejemplo, y a la espera de un análisis más profundo cuando los datos del censo y la metodología a partir de la cual se los produjo se publiquen —una inexplicable urgencia oficial por dar a conocer el censo soslayó la indispensable publicación de la base de datos sobre la que se realiza el estudio—, mencionamos algunos puntos que consideramos urgentes:

  1. El censo afirma que el promedio de internación en hospitales monovalentes es de 8 años. Rechazamos esta afirmación por falsa y por amañada. El promedio de internación en la mayoría de los hospitales de especialidad del país no supera los treinta días. Cualquier persona que se encuentre internada en un hospital monovalente por años es una persona abandonada por el Estado: no está allí por motivos médicos ni psicológicos sino por motivos sociales, económicos y políticos. Resulta inaceptable que los funcionarios públicos, verdaderos responsables de tal atropello, señalen al hospital monovalente como el causante del abandono.
  2. Se vuelve a insistir, como recurso argumentativo, en la tramposa afirmación de que el 80% del presupuesto de Salud Mental se destina a los hospitales monovalentes, mientras que “solo el 20%” se aplica a dispositivos comunitarios. Rechazamos esta afirmación por deshonesta. Jamás aclaran quienes utilizan este argumento que no menos del 80% del presupuesto destinado a los hospitales monovalentes se destina a sueldos. La verdadera realidad es que el presupuesto en Salud Mental (y en salud en general) es absolutamente insuficiente, y lo lógico, desde una perspectiva sanitaria, sería hacer efectivo un presupuesto acorde con las necesidades de la población.
  3. El tono político de la presentación de los datos del censo configura un ataque al hospital especializado en Salud Mental. ¿Con qué confianza se va a acercar un familiar al hospital monovalente, cuando los funcionarios públicos le dicen que su ser querido podría quedar internado por años, y sin permisos de visita? ¿Qué responsabilidad asumen esos mismos funcionarios por el desmantelamiento del sistema público de salud, que deja a miles y miles sin cobertura y sin esperanza?
Comentario aparte merece la permanente mención a la presencia de la OPS en todas las decisiones tomadas por la Secretaría de Salud de la Nación y la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones de la Nación. Más que la correcta presencia de un organismo internacional respetuoso de la soberanía del Estado argentino al que debería asistir en las políticas públicas que el Estado diseñe e implemente, esa insistencia abre la pregunta sobre la debilidad del Estado y sobre el nivel de injerencia de la OPS en el diseño las políticas en Salud Mental, los censos, y fundamentalmente la influencia en los modos políticos de presentarlos.

Esta Asociación reitera su posición de sostenimiento de todo el sistema necesario en la atención de la salud mental de la población: el hospital especializado, el hospital general y la red comunitaria.

No al cierre de hospitales.
Sin Salud Pública no hay justicia sanitaria.
Sin Psiquiatría no hay Salud Mental.

Comisión Directiva, APSA

ALEGATO CONTRA TODA FORMA DE REDUCCIONISMO EN SALUD MENTAL

El reduccionismo es una operación intelectual que se tramita en dos tiempos. Primero, se descompone un fenómeno complejo en sus partes integrantes; segundo, se selecciona uno solo de ellos y se soslayan los demás. El resultado final es una visión sesgada, empobrecida e insuficiente. Cuando se acompaña de arrogancia, emerge en el reduccionista el regocijo de estar frente al fenómeno en su verdadera plenitud, a pesar de estar viendo solo uno solo de sus componentes.

Cierto grado de reduccionismo es aceptable, afirman los epistemólogos, en un modelo de investigación. Y es cierto: puestos a modelar, elegimos unos aspectos y “congelamos” otros, ceteris paribus, para aislar y analizar a los primeros. Es un artilugio permitido en el laboratorio.

Pero no en la clínica.

Los tres enfoques reduccionistas más frecuentes en nuestro entorno son el biológico, el psicológico y el sociológico. No requieren mayor análisis en esta comunicación. Podríamos agregar dos nuevos candidatos: el juridicismo (tendencia a reducir la complejidad de la Salud Mental a la tutela de derechos, por fundamentales que fueren), y el ideologismo (convicción de que el elemento central es la defensa de una o dos consignas ideológicas, por bienintencionadas que estas sean).

Hemos asistido en estas últimas semanas a notables ejemplos de todos los enfoques reduccionistas mencionados. Desde un escrito oficial en el que se aventura que las cuatro áreas centrales (sic) de la Salud Mental de los próximos cincuenta años serán exclusivamente neurobiológicas, hasta otro, también oficial pero de origen diferente, que asegura que los componentes de la salud mental son los “sociales, económicos y culturales”, olvidando mencionar que existen la biología y la psicología.

Sabemos de sobra que estos deslizamientos nada tienen de ingenuos. No son el producto de la falta de información ni de un camino intelectual honesto pero equivocado: son estrategias políticas tendientes a llevar agua a molinos propios, sean estos corporativos, académicos o burocráticos, pero que claramente no coinciden con el interés público.

Como médicos psiquiatras comprometidos con la Salud Pública, como Asociación formadora de psiquiatras y como profesionales dedicados a la clínica, hacemos un llamado a todos nuestros colegas a reflexionar sobre las categorías puestas en juego al pensar la mente, el cerebro, el ser humano, la sociedad y la salud.

Son varios los compromisos que fundamentan nuestra ética. Ya hablamos en un escrito anterior sobre el compromiso con la Salud Pública, como instrumento político en la construcción de una verdadera democracia sanitaria. Hoy agregamos el compromiso con un pensamiento complejo, anti reduccionista, en permanente diálogo interno y externo, que no cese de revisar y poner en tensión las teorías que ponemos en juego en nuestra práctica. Porque solo con un pensamiento de tal riqueza podremos construir un modelo holístico, antropológico, de atención de la salud.

Somos cuerpo, cerebro, historia, subjetividad, psiquismo, sociedad, política, cultura.

Somos APSA.

Buenos Aires, 25 de julio de 2019.

Comisión Directiva



Reunión del Consejo Consultivo Honorario en Salud Mental y Adicciones

El dia 1º de julio se llevo a cabo la segunda reunión en lo que va del año del Consejo Consultivo Honorario de Salud Mental y Adicciones de la DNSMyA, que APSA integra para el período 2019-2023.

El Consejo consultivo es un espacio institucional previsto en el Decreto nro 603 del 28 de mayo de 2013 con la misión de formular propuestas sobre la aplicación de la Ley nacional de Salud Nental 26657. Allí convergen sindicatos, asociaciones y colegios profesionales, organizaciones de usuarios y familiares, organismos de derechos humanos y espacios académicos del campo de la Salud Mental y las adicciones.

En representación de APSA asistió el presidente de la Asociación, Dr Santiago Levin.
Así la presencia de APSA, en un ámbito de interlocución formal con una dependencia del Poder ejecutivo nacional, permitirá hacer concreta la trasmisión de la perspectiva clínica y de salud pública propia de APSA referida a las políticas públicas en Salud Mental vigentes, así como la preocupación ya manifestada por otros medios sobre la situación actual de las mismas.



Vigencia del Artículo 10 del Estatuto de APSA. Proceso de actualización de listado de Socios

El listado de socios de nuestra Asociación requiere de una revisión que contribuya a mantenerlo actualizado. Por tal motivo, se ha decidido dar de baja de la nómina de asociados a aquellos que registren deuda de cuotas sociales mayor a 10 años.

Para ello, se establecerá un mecanismo que se comunicará oportunamente a todos los asociados con suficiente antelación, para que el socio que estuviera en situación de morosidad tan prolongada pueda actualizarse si así lo desea, cancelando su deuda.

Debido a necesidades presupuestarias, entre ellas la fuerte inversión que exigió la ampliación del edificio sede, comisiones directivas anteriores evitaron la aplicación del art. 10 del Estatuto Social, permitiendo que todo socio moroso, cualquiera fuera su deuda, pudiera participar de las asambleas, ser candidato a cargos electivos y votar, pagando solo las cuotas correspondientes al último año calendario anterior a la celebración de la asamblea.

Si bien este criterio permitió un refuerzo financiero extra que facilitó el equilibrio de las cuentas de la entidad y la finalización en tiempo y forma de la obra de ampliación de la sede, en la fecha la entidad ha logrado la autofinanciación, lo que permite prescindir de un recurso que, si bien no era ilegítimo, producía una distorsión en el trato de los socios que cumplen con el pago puntual de las cuotas sociales respecto de aquellos que solo cumplen tal obligación con el propósito de participar en las asambleas.

El Estatuto de APSA está permanentemente a disposición de los Socios en: Ver Estatuto.
Se informará oportunamente el mecanismo de actualización y regularización del Listado de Socios, que se ajustará en su letra al actual artículo 10 de nuestro estatuto Social.

Comisión Directiva
APSA


Reunión de APSA con el Director Nacional de Salud Mental y Adicciones

El día 10 de junio el Presidente de APSA, Dr. Levin, el Vicepresidente Dr. Vilapriño y la Secretaria Dra. Luguercho, fueron recibidos en la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones por el Director Nacional Lic. Grasso y su equipo colaborador.

La reunión transcurrió en buenos términos y APSA pudo expresar su postura en relación a los problemas que preocupan a los psiquiatras y trabajadores de la salud, así como la preocupación por la realidad socio sanitaria del país.

Asimismo informamos que la Asociación llevó una carta dirigida al Sr. Secretario de Salud de la Nación, Dr. Rubinstein, que fue presentada en Mesa de Entradas de la Secretaría de Salud de la Nación y que ponemos en conocimiento de los socios y socias en este mismo Boletín. Puede descargar la copia de la carta entregada: Click ACÁ


LEY DE SALUD MENTAL, DESMANICOMIALIZACIÓN Y SALUD PÚBLICA
Una larga serie de malos entendidos desde el retorno de la democracia


Buenos Aires, 24 de mayo de 2019

Ponemos a su disposición un Documento elaborado por la Comisión Directiva respecto a la temática indicada en el título.

Comisión Directiva
APSA


Puede descargar el Documento completo (7 páginas) en formato PDF: Click ACÁ



CIENCIA FICCIÓN
Respuesta de APSA a la Resolución 715/2019 de la Secretaría de Salud de la Nación

En referencia a las “Pautas para la Organización y Funcionamiento de Dispositivos de Salud Mental” (Resolución 715/2019), publicado por la Secretaría de Salud de la Nación el viernes 26/4/19 en el Boletín Oficial de la República Argentina, la Comisión Directiva de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) desea compartir con los colegas de la Asociación y con la comunidad en general algunas reflexiones:

  1. En el mencionado documento se presentan una serie de “pautas” para el funcionamiento de dispositivos de Salud Mental pertenecientes a una supuesta “Red Integrada de Salud Mental” que lamentablemente no existe. En una primera lectura podría creerse que se trata de un escrito para un país del primer mundo que hubiera resuelto todos sus problemas sanitarios y de infraestructura. ¿Qué puede decirse, si no, cuando se lee un documento de decenas de páginas plagadas de detalles técnicos, en un contexto de emergencia sanitaria y de presupuestos no solo insuficientes sino en disminución? La enumeración detallada de condiciones arquitectónicas, equipamiento, iluminación, metros cuadrados, medidas contra incendios, climatización y ventilación, tipo de profesionales… parece una broma de mal gusto frente al estado real de la infraestructura real del sistema sanitario nacional. Una enumeración, sin duda, necesaria y deseable, pero fuera de la realidad presupuestaria, sin interlocutores posibles.
  2. En el documento se menciona, como parte del equipo de Salud Mental, al “Médico/a generalista o Médico/a de Familia o Médico/a Psiquiatra”, como si se tratara de categorías intercambiables. No lo son. El médico psiquiatra es un médico que ha hecho una carrera de especialista en Psiquiatría, es decir, una formación de postgrado. No es lícito ni procedente confundirlo con médicos de otras especialidades, ni tampoco equipararlo con profesionales con títulos de grado sin especialización ulterior. Tanto el médico psiquiatra de adultos como el especializado en niños y adolescentes son miembros indispensables del equipo de salud, con incumbencias y competencias profesionales específicas, derivadas de su formación básica y de postgrado.
  3. En el mencionado texto de la Secretaría de Salud se hace una enumeración de instituciones de Salud Mental en la que no figuran los hospitales especializados (mal llamados monovalentes). ¿Es que esa omisión da por sentado su inexistencia, cuando en realidad existen y cumplen una función indispensable? ¿No merecen ser mejorados? ¿Es un globo de ensayo para ir preparando a la opinión pública para su desaparición compulsiva por el solo hecho de que la misma está mencionada en un artículo de la ley 26657, ocultando que esa expresión de deseos no fue acompañada en la última década de la creación de las instituciones intermedias que supuestamente debían remplazarlos? En respuesta a esas intenciones somos taxativos: el cierre de los hospitales especializados, indispensables para la atención psiquiátrica en numerosos casos clínicos, dejaría incompleto el sistema sanitario en la especialidad. Es una constante de nuestra historia institucional la defensa del hospital público en su más amplia definición. Y en lo que atañe a nuestra área de trabajo defendemos al hospital de especialidad, reacondicionado y adaptado a las normas del siglo XXI. Cerrar nuestros hospitales de especialidad constituiría sencillamente un nuevo capítulo en el desmantelamiento del sistema de salud, otra quita más de derechos a la población más necesitada, que es la que se atiende en ellos, y un desconocimiento de las necesidades terapéuticas específicas de los fenómenos psicopatológicos en ciertos momentos de su evolución.
  4. Nos hemos pronunciado en varias oportunidades en favor de una verdadera Salud Pública, es decir, de una política sanitaria inclusiva, universal, de calidad, que favorezca la formación y la investigación en salud. Que contemple el diseño y aplicación de un verdadero plan de salud integral que incluya la Salud Mental y a las Adicciones (con el gravísimo problema del abuso de alcohol en la adolescencia a la cabeza), con todas las instancias intermedias que garanticen la continuidad terapéutica. Solo en aquel contexto tendría sentido discutir los detalles técnicos que se vuelcan en la Resolución 715/2019, y aun así habría mucho por discutir (como se precisó con anterioridad). Muy alejado de ello, el contexto sanitario actual hace de esas pautas y recomendaciones un ejercicio de ciencia ficción.

Esta Asociación siempre ha estado (y continuará estando) dispuesta a colaborar con el diseño de políticas públicas en materia de Salud Mental, tal como marca nuestro Estatuto. Denunciar la ausencia o insuficiencia de dichas políticas forma parte del mismo compromiso institucional.

Buenos Aires, 5 de mayo de 2019.

Comisión Directiva
APSA

APSA en el Consejo Consultivo Honorario de Salud Mental y Adicciones.
El lunes 18 de febrero, y en cumplimento de la Resolución-2018-609-APN-SGS-MSYDS, se ha dado a conocer la Conformación del Consejo Consultivo Honorario de Salud Mental y Adicciones, para el periodo 2019 a 2023, en el que nuestra asociación APSA ha sido confirmada como "Espacio Académico del campo de la Salud Mental y adicciones".

Resulta una oportunidad para escuchar a otros actores claves en las políticas de Salud Mental, adicciones y salud, a la vez que dar a conocer nuestras experiencias, aprendizajes y obstáculos en el ejercicio de la disciplina médica que hacemos, en el marco de la ley nacional vigente y su oportuna reglamentación.

El respeto y la defensa de los canales institucionales resultan una garantía para el derecho a la salud de los pacientes y de todos, y la participación será nuestra mejor contribución.
Puede consultar la conformación completa del CCCH: Web oficial.
APSA en ANMAT

El pasado día jueves 24 de enero de 2019 concurrieron los Dres. Juan Tenconi, Presidente de APSA y Santiago Levín, Secretario de APSA, a la ANMAT, por invitación de su director, el Administrador Nacional Dr. Carlos Chiale.

La ANMAT se encuentra realizando reuniones con diversas sociedades científicas y asociaciones médicas con el objeto de mejorar la comunicación y la colaboración hacia y con ellas.
Participó también de la reunión el Dr. Waldo Belloso (Sub-Administrador Nacional), con quien se conversó sobre la necesidad de perfeccionar el sistema de reportes en Farmacovigilancia, tarea con la que APSA se comprometió a colaborar activamente.
"Foro Federal Interinstitucional". Leer
"Declaración del APSA sobre la propuesta de un nuevo proyecto de Reglamentación de la Ley 26.657". Leer
"Declaración del Observatorio de Psiquiatría y Salud Mental de APSA". Leer
"Sobre la baja en la edad de punibilidad". Leer
"Tras la reducción de penas aprobada por la Suprema Corte de Justicia". Leer
"Fortalecer las políticas sanitarias y universitarias, acorde con las necesidades de nuestro pueblo". Leer
Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA)- Observatorio de Psiquiatría y Salud Mental - "10 de octubre: DÍA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL". Leer
Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA)- Comisión Directiva - "10 de octubre: DÍA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL". Leer
Declaración de la Asociación de Psiquiatras Argentinos. Leer
En el 30º Aniversario del Golpe de Estado genocida del 24 de marzo de 1976 los socios de APSA rendimos homenaje a los trabajadores del campo de la SALUD MENTAL detenidos-desaparecidos. Leer

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DECLARACION DE LA ASOCIACION DE PSIQUIATRAS ARGENTINOS EN SU 25° ANIVERSARIO. Leer

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ANTE LA SITUACIÓN DE LOS HOSPITALES NEUROPSIQUIÁTRICOS DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES. Leer

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